Una obra sobre el amor; sobre el desamor. Sobre tres parejas, sobre una, todas, ninguna... ¿la mayoría? Bueno, muchas de las que se suelen ver por ahí, abriéndose la cabeza mutuamente para ver qué hay dentro, con la intención de revelar qué es lo esconden en su mutismo, y en sus palabras tantas veces vaciadas. Cerca se sitúa casi cerca, y algo lejos. En realidad se establece en el medio de esos puntos límites, justo en ese espacio destinado a lo desconocido o, mejor aún, destinado a aquello que no sabemos en dónde ubicar, por no poseer una zona clara de pertenencia, por no ser-parte-de. Como en el limbo. Sí, en el Limbo. Ahí, y sólo por ahí, se pasea esta historia. En un limbo perverso, silencioso, familiarmente miedoso; demasiado real como para no prestarle la suficiente atención.
Un escenario de relaciones - ¿amorosas? - y fantasmas, de remordimientos psicoanalíticos e inminentes finales (únicos entramados probables frente a la pregunta genuina por la identidad). "¿Quién soy?" preguntan muchos, algunos, todos. Nadie sabe, porque somos todos y, a veces, somos algunos, o ninguno.
Los personajes, la iluminación, los llantos, la música, los gritos...nada de esto logra responder satisfactoriamente a esa pregunta acechante, paranoica e inquietante; tan difícil como necesaria en su planteo. Por el momento, me basta y sobra con salir del teatro, mirar la lluvia, y darme cuenta de que había pasado bastante tiempo desde que no veía una obra tan buena, tan cercana y perturbadora.
Excelente.
http://resenasdecineyvida.blogspot.com/2009/11/cerca.htmll
viernes, 27 de noviembre de 2009
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